9/2/10

Al Hayá, el pudor y la verguenza.

Imam: Hafid Ahmed Bermejo

Alhamdulillah, alabanzas a Allah, el Señor de los mundos.

La taqwa de Allah es lo que permite diferenciar lo correcto de lo incorrecto y lo que es verídico de lo que no lo es.

Allah, subhanahu wa taala, creó al hombre, y luego, a diferencia del resto de los seres vivos, le dio intelecto y el uso de la razón, y le dio también la capacidad de hablar, así como otros dones provenientes del Misericordioso.

Uno de los rasgos que diferencian al creyente del que no lo es, es su carácter, sus nobles cualidades. Pues una parte muy importante de nuestro Din son las nobles cualidades de carácter. Tanto es así que el Libro de Allah, el Corán, lo podemos dividir en tres partes: Una de ellas contiene las obligaciones, prohibiciones normas de la Shari’at. Otra parte son las historias de los Profetas enviados con anterioridad, historias que Allah relata para hacernos recapacitar. Y la tercera y más amplia de las tres, es la numerosa cantidad de aleyas en las que Allah nos habla para mejorar nuestro carácter, para perfeccionar nuestras cualidades, y para intentar acercarnos, en la medida de nuestra posibilidad, al amado Mensajero de Allah, a quien Allah cubra con Sus bendiciones.

Tal y como Dice Allah en Su Libro: “Ciertamente tú eres poseedor de un carácter inmenso”.

Estas son las cualidades que menciona el Mensajero, al que Allah le dé su gracia y paz, cuando dijo: “Ciertamente he sido enviado para perfeccionar las nobles cualidades del carácter”.

Y una de las más importantes, una cualidad que debemos aplicar constantemente es la vergüenza, el recato, el pudor, la contención. (Al hayá, en árabe).

Se ha transmitido de Abdullah Ibn Abbas, que Allah esté satisfecho con ambos, que el Mensajero, al que Allah bendiga y conceda paz dijo: “Verdaderamente todo Din tiene un carácter, y el carácter del Islam es el pudor, la vergüenza”. (Relatado por Al Hakim e Ibn Mayah).

Esto quiere decir que toda forma de vida tiene una característica, un rasgo de carácter distintivo. Y una de las más explícitas del Islam, y a la que debemos aferrarnos y poner en práctica por su enorme beneficio, no sólo para el propio individuo sino para toda la comunidad, es el pudor, la vergüenza. Y es una característica propia del Din, que acrecienta el Iman, calma al nafs, hace que el musulmán se sienta fortalecido, tiene repercusiones beneficiosas en su vida privada y en la social, le acerca a la taqwa y le incrementa el Iman, le facilita hacer las acciones correctas y le aleja y protege de la perdición y las malas acciones.

Este pudor es un íntimo compañero del Iman, uno de sus frutos, uno de sus signos, y siempre produce el bien a quien lo hace suyo. Se ha relatado de Abu Huraira que Allah este complacido con él, que el Mensajero, al que Allah bendiga y conceda paz dijo: “El Imán está divido en sesenta partes; la más elevada es decir: la ilaha illa Allah, la más insignificante es retirar un obstáculo del camino, y el pudor es una parte del Imán”. (Transmitido por imam Bujari).

Este pudor, esta vergüenza a la que nos referimos, no significa disminución ni estrechez, ni tampoco aislamiento o dependencia de los demás, ni debilidad, o parecer necesitado a los ojos de los demás. No. El pudor, la vergüenza en el Islam, significa un Iman fuerte en Allah, y hablar con veracidad ante Allah y ante la gente, y actuar correctamente en esta vida para que así el creyente esté listo y se aprovisione para la próxima vida.

El pudor en el Islam es enseñanza y aprendizaje, es educación correcta e itinerario primordial, es fuerza y coraje en lo que respecta a la verdad alzando la voz para hacerla prevalecer y defenderla. Es alabar y agradecer a Allah Sus dones en los estados de sosiego y facilidad; y es paciencia, certeza y esperanza en Allah en los momentos de dificultad y contracción. Es practicar la justicia y la ecuanimidad entre la gente, en la palabra y en el trato, es preocupación por los necesitados y los débiles, es la obediencia y el buen trato a los padres, el mantener y estrechar los vínculos con los familiares y los más cercanos, es cumplir los contratos y las promesas con Allah y con la gente, es tener misericordia con los pequeños y respeto a los mayores, respeto ante el faqih y ante los que se dedican a la transmisión del conocimiento, y es apartarse y evitar todos las malas acciones en lo externo y en lo interno. Este es el verdadero y completo significado del pudor y la vergüenza (Al hayá) en el Islam.

Este pudor o vergüenza está clasificado en diferentes rangos. En cierta ocasión se le preguntó a Abu Sufian que Allah esté complacido con el: “¿Cuál es el inicio del pudor, qué es lo primero del pudor?” Dijo: “Tener vergüenza de que Allah te vea en aquello que te ha prohibido”. Preguntaron: “¿Y cuál es su culminación?” Dijo: “Avergonzarse de que Allah sepa que hay maldad en tu corazón”.

El primer grado del hayá, es que el siervo creyente tenga vergüenza de que Allah lo descubra diciendo palabras incorrectas o cometiendo actos indeseables que Allah ha prohibido. Y la culminación de la vergüenza, el colmo del pudor, es que el siervo se avergüenza de que Allah vea que alberga maldades en su corazón, como la arrogancia, el engreimiento, la envidia o el deseo de tener lo que poseen los demás. Pues el que tiene temor de Allah, subhanahu wa taala, sabe que Él está más cerca que su vena yugular, que conoce cada uno de sus sentimientos, movimientos y sensaciones.

Tal y como dice el Misericordioso en Su Libro, en la surat del Hierro: “Y está con vosotros dondequiera que estéis. Allah ve lo que hacéis”. (57, 4).

Abdullah Ibn Mas'ud, que Allah este complacido con el, dijo: “Vino a nosotros el Mensajero de Allah, que Allah le bendiga y le conceda paz y dijo: ‘Tened vergüenza de Allah con la verdadera vergüenza’. Dijimos: “Nosotros tenemos vergüenza de Allah, wal hamdulillah” Dijo: “No es eso. La verdadera vergüenza ante Allah es proteger la cabeza y sus pensamientos, el estómago y lo que contiene y reflexionar sobre la muerte y la vejez. Y quien desee el Ajira, que deje los placeres de este mundo. Quien haga esto, estará teniendo vergüenza de Allah con la vergüenza verdadera”. (Hadiz transmitido por Ahmad, Timidhi y Al Hakim en su Mustadrak).

En otro hadiz Abu Huraira, que Allah esté complacido con el, relata que el Mensajero, a quien Allah bendiga y le conceda paz, menciona la gran importancia del pudor o la vergüenza que deben tener los musulmanes cuando dice: “El pudor, la vergüenza, es parte del Iman y del Islam; y quien la tenga estará en el Jardín. Por el contrario la indecencia es parte de la crueldad, y el cruel estará en el Fuego”. (Hadiz transmitido por Imam Tarmidhi).

Esta vergüenza y este pudor (al hayá) debemos implantarla en nuestros actos y en nuestras palabras, debemos transmitirla a nuestros hijos e hijas, educar a nuestros menores en ella, para así, con el permiso de Allah, poder ser de los que gracias a la vergüenza y el pudor entran en el Jardín sin temer cosa alguna.

En otro hadiz Abdullah Ibn Umar, que Allah esté satisfecho con ambos, dijo: “Pasó en cierta ocasión el Mensajero de Allah, a quien Allah de su gracia y paz, ante un hombre que reprochaba a otro su excesivo pudor diciéndole: “Tienes pudor”, como diciéndole: “Tu pudor te está perjudicando” Y le dijo el Mensajero de Allah: “Déjalo en su pudor, pues ciertamente el pudor es parte del Iman”.

Y en otro hadiz, muy conocido y muchas veces relatado por Ibn Mas'ud, que Allah este satisfecho con el, dijo: Dijo el Mensajero de Allah, al que Allah bendiga y conceda paz: “Ciertamente lo que hemos aprendido de los enviados anteriores es: si no tienes vergüenza haz lo que quieras” (Transmitido por Abu Daud).

El Profeta Muhammad (s.a.w.s.) dice que es lo aprendido, es lo que han transmitido los Mensajeros anteriores. Y esto demuestra la gran importancia que tiene la vergüenza, hasta tal punto que, si no la posees, si no forma parte de tu vida de carácter, si no es tu compañera, entonces deja libre a tu nafs para que haga las malas acciones que desee.

Veamos el hadiz en el que se recoge que el Mensajero, a quien Allah bendiga y le conceda paz dijo: “Ciertamente no entra la indecencia en un asunto sin que lo deshonre, y no entra la vergüenza en un asunto sin que lo honre”.

El rasgo más sobresaliente del Mensajero de Allah eran sus nobles cualidades de carácter. Y en lo referente a la vergüenza, decían de él, a quien Allah bendiga y conceda paz, sus compañeros: “Era más vergonzoso que una virgen en la intimad, y si veía algo que no le gustaba lo reconocíamos en su rostro”. El Mensajero de Allah era tan claro que en su rostro se apreciaba cuando había algo que le disgustaba, cada vez que veía algún acto reprochable o algo que iba en contra de la sharia del Islam. Porque él, sallalahu alaihi wa sallam, no se enfadaba si no era porque alguien había cometido algo que Allah había prohibido o alguien que pasaba las fronteras establecidas por nuestro Señor.

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