Era un gran mago que todo lo podía, de fuerza y poder extraordinario. Un día, en su camino vio a un pequeño, al verlo se dijo a sí mismo:
--"Haré algo bueno por él".
Sus palabras se dirigieron entonces al frágil ratoncito:
--"Has pasado por mi camino, en premio, ya no serás más un ratón, serás la más bella de las mujeres, la más talentosa, la más llena de todas las virtudes."
Dicho esto, con un breve ademán, le convirtió, según su propósito, en una bella doncella. Una vez hecho esto le dijo:
--" Ahora, ¿qué deseas?, pídeme lo que quieras, mi fuerza y mi poder es grande. Dime qué es lo que deseas, que yo te lo concederé.
La doncella respondió:
--"Quiero casarme con el ser más poderoso de la Tierra".
El mago respondió:
--"Te casaras con el Sol, él es quién da Luz y Calor al planeta."
El Sol respondió:
--"¿Qué tanto es mi valor y mi poder que una simple nube puede cubrirme y quitar mi calor?”
EL mago reflexionó y dijo:
--"Es cierto, entonces, será con las nubes que son capaces de tapar al sol, que nos dan la lluvia para que crezcan los campos, con el agua que es indispensable para la vida".
Más el ser de las nubes respondió:
--"Tanta es mi fuerza y mi importancia, que el viento, solo, me mueve a su antojo".
Nuevamente el mago pensó:
--"Es cierto, te casaremos con el viento".
El viento, habiendo escuchado dijo:
--"Tanta es mi fuerza, que una montaña me detiene y no puedo pasar a otro lado, me estrello contra ella, y más no puedo avanzar".
El mago se quedó razonando nuevamente:
--"¡Ya sé !, te casarás con el espíritu de la montaña, nadie la mueve".
A lo que la montaña respondió:
--"No soy el más poderoso de la Tierra... ¿Qué tanto es mi valor, que un simple ratoncito me roe las entrañas, y hace su madriguera dentro de mi?”
Comprendiendo el mago la verdad de todo lo anteriormente dicho, y sin decir más, volvió a su forma original a la que antes era una ratoncita. Luego la observo alejarse con el ratón que roía las entrañas de las montañas y comprendió el mago:
--"Nadie es más fuerte y nadie es mejor, sólo Dios en su infinita sabiduría da a cada ser su lugar."
--"Cada uno tiene su importancia, cada uno es hijo de Dios, en las múltiples manifestaciones del ser.
29/11/09
El mago y el ratón
26/11/09
Ayuno del día de Arafat
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25/11/09
La importancia del conocimiento en el Islam
Pregunta:
¿Hasta que punto se interesa el Islam por el conocimiento?
Respuesta:
Alabado sea Allah
Allah creó al ser humano y le dotó con los instrumentos del saber y el conocimiento, y son el oído, la vista y el intelecto, dijo Allah ensalzado sea: “Allah os hizo salir del vientre de vuestras madres y no sabíais nada. Y os dio el oído, la vista y un corazón para que pudierais agradecer.”Las abejas (16:78 )
El Islam es la religión del conocimiento, pues la primera aleya revelada ordena la lectura, ya que es la llave de todo conocimiento, dijo Allah ensalzado sea: “(1) ¡Lee en el nombre de tu Señor que ha creado! (2) Ha creado al hombre de un coágulo. (3) ¡Lee, que tu Señor es el más Generoso! (4) El que enseñó por medio del cálamo, (5) enseñó al hombre lo que no sabía.” El Coágulo (96: 1-5)
En el Islam, el conocimiento precede el obrar, pues no hay obras sin conocimiento, dijo Allah ensalzado sea: “Sabe que no hay dios sino Allah y pide perdón por tus faltas y por los creyentes y las creyentes. Allah conoce vuestro ir y venir y vuestra morada.” Muhammad (47:19)
Allah advirtió a todo musulmán de hablar sin conocimiento, dijo ensalzado sea: “Y no persigas aquello de lo que no tienes conocimiento pues es cierto que del oído, la vista y el corazón, de todo ello, se pedirán cuentas.” El viaje nocturno (17: 36)
Aludiendo al grado de importancia del conocimiento y de los sabios, Allah hizo testigos a los sabios de SU unicidad (Tawhid), dijo ensalzado sea: “Allah atestigua que no hay dios sino Él, así como los ángeles y los dotados de conocimiento, rigiendo (Su creación) con equidad. No hay dios sino Él, el Inigualable, el Sabio.” La familia de Imaran (18:3)
Conocer a Allah y temerlo se consigue conociendo SUS signos y criaturas, y los sabios son lo que caben eso, por eso Allah alabó diciendo: “En realidad sólo temen a Allah aquéllos de Sus siervos que tienen conocimiento; es cierto que Allah es Poderoso, Perdonador.” Creador (35:28 )
Los sabios tienen un noble estatus en el Islam, supera al de los demás en la vida mundanal y en la eterna, dijo ensalzado sea: “Allah elevará en un grado a los que de vosotros crean y a los que han recibido el conocimiento” La discusión (58:11)
Y por la importancia del conocimiento, Allah ordenó a su mensajero a pedir más, diciendo: “Y di: ¡Señor! Concédeme más conocimiento.” Ta Ha (20:114)
Allah elogió a los sabios y los alabó diciendo: “« ¿Son iguales los que saben y los que no saben?» Sólo se dejan amonestar los dotados de intelecto” Los grupos (39:9)
Los que tienen conocimiento son los que más rápidamente asimilan la verdad y creen en ella, dijo Allah ensalzado sea: “Y para que sepan aquellos a los que se les ha dado el conocimiento que es la verdad que viene de tu Señor, crean en ello y se tranquilicen así sus corazones. Realmente Allah es el Guía de los que creen y los conduce a un camino recto.” La peregrinación (22:45)
El Islam insta a buscar el conocimiento, el profeta (la paz y bendiciones de Allah sean con él) hizo que la búsqueda del conocimiento sea obligación de cada musulmán, y informó de que el mérito del sabio sobre el adorador es como el del sol sobre los demás astros, y que los sabios son los herederos de los profetas, los profetas no dejaron como herencia dinares ni dirhams, sino el conocimiento, y quien lo obtenga habrá obtenido una gracia enorme. El profeta también nos informó de que la búsqueda del conocimiento es un camino hacia el paraíso, dijo la paz esté con él: “quien tomó un camino buscando el conocimiento, Allah le facilita con ello un camino al paraíso” Al Bujari (Libro del conocimiento: 10)
El Islam insta a aprender todos los conocimientos útiles, el conocimiento son grados, pues el más alto de ellos es el del Islam (la shari´a: estudio del Corán y la tradición del profeta), seguido por la ciencia médica y luego las demás ciencias.
La mejor ciencia en comparación con todas, es la ciencia de la ley islámica (la shari´a: estudio del Corán y la tradición del profeta), ya que con ella el hombre conoce a su Dios, su profeta y su religión. Con ella Allah honró a su profeta y se la enseño para que se la enseñase a la humanidad: “Realmente Allah ha concedido una gracia a los creyentes al enviarles un Mensajero salido de ellos mismos que les recita Sus signos, los purifica y les enseña el Libro y la Sabiduría; ya que antes estaban en un extravío evidente.” La familia de Imran (3:164)
Dijo (la paz esté con él): “ciertamente, cuando Allah quiere el bien para una persona le instruye en (le hace entender) la religión” Al Bujari: 69
Y respecto al cuidado y interés por el Corán tanto aprendiéndolo como enseñándolo, dijo (La paz esté con él): “El mejor de vosotros es aquel que aprende el Corán y lo enseña” Al Bujari: 4639
No hay bien en un conocimiento que no lo refuerza el trabajo, ni en unas palabras que no las refuerzan las acciones: “(2) ¡Vosotros que creéis! ¿Por qué decís lo que no hacéis? (3) Es grave ante Allah que digáis lo que no hacéis.” La fila (61: 2-3)
La comunidad (Ummah) necesita de sabios en todos los tiempos y en todos los lugares, una comunidad sin conocimiento y sin sabios vive en engaños y se debate en la oscuridad. Si una persona aprende lo que Allah legisló y silencia ese conocimiento privando a la Ummah de él, Allah le cierra la boca con una brida de fuego el día del juicio final, y se convierte en merecedor de la maldición de Allah, salvo aquellos que se arrepienten. Dijo Allah ensalzado sea: “(159) Quienes ocultan las pruebas claras y la Dirección que hemos revelado, después de habérselo Nosotros aclarado a los hombres en la Escritura, incurren en la maldición de Allah y de los hombres. (160) Pero aquéllos que se arrepientan y se enmienden y aclaren, a ésos Me volveré. Yo soy el Indulgente, el Misericordioso.” La vaca (2:159-160)
El sabio tiene una gran recompensa, pues el que indica hacia un bien tiene la misma recompensa que quien lo hace, y si muere el sabio, pues la recompensa de Allah no termina con su muerte, sino que sigue mientras la gente siga beneficiandose con su conocimiento. Dijo el profeta (La paz y bendiciones de Allah sean con él): “Si una persona muere cesan sus obras excepto de tres: una caridad vigente, un conocimiento del cual se benefician los demás o de un buen hijo que pide por él” Muslim: 1631
Si el sabio difunde su conocimiento entre la gente, tiene las mismas recompensas que los que le siguen, dijo el profeta (La paz esté con él): “Quien llama a una guía tiene la misma recompensa que quienes le siguen sin que eso desminuya nada de sus recompensas, y quien llama a una desviación tiene sobre sí una culpa como las culpas de quienes le siguen sin que eso desminuya nada de sus culpas” Muslim: 2674
El conocimiento y el entendimiento de la religión es una de las mejores características del bien que se honra con ella el musulmán, dijo (La paz esté con él): “ciertamente, cuando Allah quiere el bien para una persona le instruye en (le hace entender) la religión” Al Bujari: 69
Y la lectura del Corán, su aprendizaje y su enseñanza son de las mejores obras como dijo el profeta (La paz y bendiciones de Allah sean con él): “No hay envidia salvo en dos cosas: un hombre a quien Allah le dio la gracia de saber el Corán y trabaja acorde a él durante la noche y el día, y un hombre que Allah le dio dinero (riqueza) y él lo gasta por Allah durante la noche y el día” Al Bujari: 73 Muslim: 815
Fuente: Libro: Los fundamentos de la religión Islámica Autor: Muhammad Ibn Ibraheem At-Twaijiri
El anillo
- Siéntate muchacho - convino el Maestro tras escuchar su historia - Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede apreciarte un verdadero experto. ¿Qué haces pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? . Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en su dedo pequeño.
Todos debemos considerarnos como este anillo del que habla el relato: únicos y valiosos. Pero muchas veces caminamos en nuestras vidas pretendiendo que gente a la que no importamos ni nos valora nos juzgue por su rasero, nos infravalore.
Sigamos esforzándonos día a día, puliendo y sacando brillo a ese anillo que podemos llegar a ser, intentando descubrir nuevos brillos para futuras oportunidades.
La respuesta la tienes cerca, no te cierres
Avila contra la violencia de género
Chicos y chicas de varios colegios de Ávila han interpretado una escena típica de violencia de género en la plaza del Ayuntamiento.
TU TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO. Entrevista realizada por Víctor-M. Amela a:Moussa Agassarid
Por Gaza
GAZA
Alberto Jim
Nada pertenece
a los hijos de la noche.
Sólo la vergüenza
y la mirada de sus víctimas
quedarán alojadas
como fotogramas viejos
en sus pupilas de hierro.
Niños muertos
como pétalos sin compromiso
entre llantos anónimos
y ataúdes blancos.
Niños vivos
sin mirada ni sonrisa
vestidos de pavor calcinado
en medio de la noche
más oscura.
La victoria
no tiene fin
la ira tampoco
LOS CINCO PILARES DEL ISLAM
Los Cinco Pilares del Islam constituyen el marco de vida musulmana y son: la fe, la oración, la preocupación por los necesitados, el ayuno y la peregrinación a La Meca para los que puedan llevarla a cabo.
1. La Fe
No hay más divinidad que Dios, y Muhammad, que la paz y las bendiciones de Dios estén con él (B y P) , es el Mensajero de Dios"
Este testimonio de fe se llama la SHAHADA, una sencilla fórmula que pronuncian todos los fieles. En árabe,la primera parte es la ilaha illa Llah --"no hay más divinidad que Dios";
ilaha (divinidad o dios con minúscula) se refiere a cualquier cosa que podamos sentirnos tentados a poner en lugar de Dios: la riqueza, el poder o cualquier otra cosa mundana similar. Después viene illa ´Lah: "sino Dios", la fuente de toda la Creación. La segunda parte de toda la Creación. La segunda parte de la HAHADA es Muhammadun rasulu ´Llah :"Muhammad es el mensajero de Dios". Un mensaje de guía y dirección llegado a través de un hombre como nosotros.
2.La Oración
SALAT es el nombre que reciben las oraciones obligatorias que se rezan cinco veces al día y que son un lazo directo entre el creyente y Dios. No hay autoridad jerárquica en el Islam ni sacerdotes y, por ello, las oraciones las dirige una persona letrada que conozca el Corán y que la comunidad elige. Estas cinco oraciones contienen versículos del Corán y se rezan en árabe, la lengua de la Revelación; también se pueden dirigir a Dios oraciones personales en la propia lengua del que reza.
Las oraciones se rezan al amanecer, al mediodía, por la tarde, a la puesta del sol y por la noche y, de este modo, determinan el ritmo de todo el día. Aunque es preferible rezar colectivamente en una mezquita, un musulmán puede rezar casi en cualquier lugar, en el campo, en la oficina, en la fábrica o en la universidad. Las personas que visitan el mundo musulmán se quedan impresionadas por el carácter primordial que la oración tiene en la vida cotidiana.
3. El Zakat
Uno de los principio más importantes del Islam es que todo pertenece a Dios y que por tanto, la riqueza la tienen los hombres en depósito. La palabra ZAKAT significa tanto "purificación" como "crecimiento". Nuestras posesiones se purifican reteniendo una parte para los necesitados y, como la poda de los árboles, este corte trae consigo un equilibrio y fomenta un nuevo crecimiento.
Cada musulmán calcula su propia SAKAT de forma individual y consiste en el pago anual del dos y medio por ciento del capital de cada uno.
Una persona piadosa también puede dar tanto como quiera como SADAQA y lo hace preferiblemente en secreto. Aunque esta palabra puede traducirse como "caridad voluntaria" tiene un significado más amplio.
El profeta dijo: "Incluso salir al encuentro de tu hermano con una cara sonriente es caridad".
El Profeta dijo:"La caridad es una necesidad para cada musulmán". Alguien le preguntó:¿Qué ocurre si una persona no tiene nada?" El profeta contestó:"Debe trabajar con sus manos para su beneficio y dar algo de sus propias ganancias como caridad". Los compañeros preguntaron:" ¿Qué sucede si no puede trabajar?" El Profeta respondió:"Debe ayudar a los pobres y a las personas necesitadas". Los compañeros insistieron:"¿Y si ni siquiera puede hacer eso?" El Profeta dijo:"El debe premiar a los demás para hacer el bien". Los compañeros volvieron a preguntar:"¿Y si tampoco puede hacer eso?" El Profeta contestó:" Debe abstenerse de hacer el mal. También eso es hacer caridad".
4. El Ayuno
Cada año durante el mes de Ramadán todos los musulmanes ayunan desde el alba hasta la puesta del sol, absteniéndose de comer, beber y tener relaciones sexuales. Los enfermos, los ancianos, los que están de viaje y las mujeres embarazadas o en estado de amamantar a sus hijos tienen el permiso para quebrantar el ayuno y recuperar un número igual de días en el transcurso del año. Si no pueden realizarlo debido a causas físicas, deben alimentar a una persona necesitada por cada día que no cumplieron el ayuno. Los niños empiezan a ayunar (y a practicar regularmente las oraciones) desde la pubertad, aunque muchos comienzan antes. Aunque el ayuno es muy beneficioso para la salud, se lo considera principalmente como medio de purificación de uno mismo. El que ayuna, al abstenerse de las comodidades mundanas aunque sea por un corto período de tiempo, logra una mayor compasión hacia los que sufren hambre, a la vez que profundiza en su vida espiritual.
5. La peregrinación (Hajj)
La peregrinación anual a La Meca --el Hajj-- es una obligación sólo para los que desde un punto de vista físico y económico pueden efectuarla. A pesar de ello, cerca de dos millones de personas acuden cada año a La Meca desde todos los rincones de la tierra, en una oportunidad única de encuentro para personas de diferentes naciones. Aunque La Meca está siempre repleta de visitantes, el Hajj anual comienza en el mes duodécimo del año islámico (que es lunar y no solar, y por ello el Hajj y el Ramadán caen a veces en verano y otras en invierno). Los peregrinos visten de forma especial; ropas sencillas que dejan de lado las diferencias de clase y cultura para que todos sean iguales ante Dios.
Los ritos del Hajj, que son de origen abrahámico, incluyen la circunvalación a la Ka´ba siete veces y el recorrido, siete veces también, del camino entre los montículos de Safa y Marza, como hizo Hagar durante su búsqueda de agua. Los peregrinos se agrupan después en la amplia llanura de Arafa y se juntan en oración pidiendo el perdón de Dios, en lo que a veces de ha contemplado como una anticipación del Día del Juicio Final.
En los siglos pasados el Hajj era una empresa ardua. Hoy, sin embargo, Arabia Saudí abastece a millones de personas con agua, transporte moderno y avanzados servicios médicos.
La clausura del Hajj se celebra en todas las comunidades musulmanas del mundo con una fiesta. la Eid al-Adha, en la que se reza y se intercambian regalos. Esta fiesta y la del Eid-al Fitr, el día que conmemora el final del Ramadán, son las principales celebraciones del calendario islámico.
24/11/09
Es relatado que ‘Umar b. Al-Khattâb – Allah esté complacido con él – una vez salió y vió a un grupo viajando; él preguntó:
¿Quiénes sois los de este grupo que viaja? Ellos contestaron, “Peregrinos (en Hajj). ” Él les preguntó tres veces, “¿Y nada más os ha traído hasta aquí?” Ellos contestaron, “Nada más.” Él dijo, “Si los viajeros [en Hajj] supieran hacia quién van ellos, sentirían el placer de tener la gran virtud del perdón [de Allah]. Por AQUEL en cuya mano esta el alma de 'Umar, nunca hace [al peregrino] que el camello levante su pezuña y la coloque nuevamente atrás sin que Allâh lo eleve [al peregrino] en grados, perdone a uno sus pecados y escriba para él una buena acción.”
‘Abd Al-Razzâq Al-San’ânî, Al-Musannaf 5: 4, 5.
15/11/09
La mujer en la cultura árabo-musulmana. Por Asma Lamrabet
Al lado de la cultura árabe-musulmana conviven otras culturas también musulmanas pero muy diferentes las unas de las otras: la cultura musulmana africana sub-sahariana, la cultura musulmana de Turquía, la cultura musulmana persa de Irán, la cultura musulmana asiática: Indonesia, Pakistán, Malasia, India, Bangladesh, Afganistán..., la cultura musulmana de las ex-repúblicas soviéticas, la cultura musulmana europea de los Balcanes.
Frente a esta extensa y compleja diversidad cultural, delimitar UNA SOLA cultura musulmana es de verdad imposible, lo que las une es la religión y el culto del Islam. Eso es muy importante para el entendimiento de las dificultades que pueden surgir en la lectura de la religión. Saber discernir entre los problemas inherentes a la cultura y aquellos de atributo religioso constituye una etapa primordial y necesaria para la comprensión de la civilización islámica, porque si el Islam es UNO en su aspecto religioso del culto, es la interpretación de su filosofía espiritual la que va ser diferente según la matriz cultural del origen.
El Islam como religión
El Islam es una de las tres religiones monoteístas del mundo. Me van a permitir insistir sobre un hecho muy importante: es una religión nueva. El Islam es la continuación del mismo mensaje de espiritualidad de las otras dos religiones monoteístas: el judaísmo y el cristianismo. Estas religiones sagradas son recogidas en el Corán e integradas en un mismo proceso: el reconocimiento y la adoración del Dios único, de sus mensajes y de todos sus mensajeros. Allah es Dios en árabe, el mismo Dios, no es un Dios aparte, el cristiano árabe cuando reza lo llama Allah. La palabra Islam quiere decir en árabe “someterse a Dios”. Todo musulmán cree en un Dios único y misericordioso, en todos sus profetas desde Noé, Abraham, Moisés, Jesús y Mohammed, este último es, para los musulmanes, el último mensajero de Dios en la tierra. Todos esos profetas son iguales para el musulmán y sus mensajes han sido los mismos. Ser musulmán es también creer en los Ángeles, el día del Juicio Final, el paraíso y el infierno.
Los musulmanes tienen dos referencias en la religión: la primera es el Corán, su libro sagrado, y la segunda, la tradición del profeta, que es una compilación hecha de manera minuciosa por los sabios musulmanes sobre hechos y dichos del profeta que explican el contenido del Libro sagrado.
En el culto del Islam destacamos los rituales del culto –que fundan sus pilares– y la conducta social. Los pilares del Islam son el verdadero cimiento de esta religión, puesto que representan el verdadero lazo que une a los pueblos musulmanes y sobre el cual nunca ha habido ninguna divergencia. Esos pilares son cinco: el testigo de que Dios es único y Mohammed su último profeta, el rezo cinco veces al día, el impuesto sobre las ganancias anuales que se debe dar a los pobres y necesitados, el ayuno del mes del Ramadán y la peregrinación a la Meca una vez en la vida para los que pueden hacerlo. La conducta social es mudable según el contexto, el tiempo y las tradiciones locales de cada región, lo que explica por qué el Islam se adapta fácilmente dentro de culturas tan diferentes como la de África, Asia o los Balcanes.
El Islam como civilización
Hace 15 siglos que nació la civilización del Islam. En el siglo sexto y después de haber luchado contra los guerreros árabes paganos de Arabia, el mensaje del Islam, apenas 70 años después de la muerte del profeta, llegó hasta Occidente a través de la tierra española y Sicilia hasta los Pirineos franceses, pasando por el Medio Oriente, África del Norte, y del otro lado hasta Irán, India e Indonesia. Sería muy largo hablar de todo lo que ha dado la civilización árabe-musulmana a la civilización, del legado que el Islam dejó como patrimonio a la humanidad. Basta recordar algunas contribuciones de esta civilización a Occidente en las áreas de las ciencias, de la medicina, de la literatura, de la filosofía, de la astrología o de la arquitectura. El descubrimiento del álgebra y los logaritmos en las matemáticas, de la óptica en la oftalmología, de los sistemas de irrigaciones en la agricultura... Y como dijo el islamólogo Claude Cahen: “Y sea lo que sea, el Occidente no puede olvidar que ha aprendido a pensar con Avicena y Averroes, y que incluso la catedral de Puy en plena Francia no sería lo que ahora es sin la mezquita de Córdoba”. Mientras Occidente estaba en plena oscuridad de la Edad Media, la civilización árabe-musulmana estaba iluminada, y ciudades como Córdoba, Sevilla, Bagdad, Damasco, El Cairo o Ispahán se enorgullecían de sus instituciones de cultura superior y de sus universidades, donde se enseñaba filosofía, derecho, medicina, astronomía e historia. La gloria de esta civilización es una realidad histórica plenamente demostrable, y todos los historiadores son unánimes a la hora de reconocer que son los árabe-musulmanes los que han civilizado Europa. Hay que recordar que en el año 1224 la Universidad de Nápoles, donde estudió el venerado Santo Tomás de Aquino, tenía toda una colección de manuscritos islámicos, entre ellos los múltiples comentarios de uno de los pensadores más famosos del mundo árabe-musulmán: Averroes.
La mujer en el Corán y en la historia del Islam
Los derechos de la mujer en el Corán
El Corán en primer lugar se dirige a todos los seres humanos sin discriminación de raza, color o sexo. Es, ante todo, un himno a la belleza de la creación de Dios, a su grandeza, un llamado a la paz y al amor entre los pueblos de esta tierra, a la justicia social y a la lucha contra el mal y la difusión del bien.
Primero quiero destacar el hecho de que en el Corán no hay ninguna mención de Eva como la responsable del pecado original, más bien algunos versículos muestran que es Adán quien sucumbe a las sugestiones de Satán. Por lo tanto, la responsabilidad es compartida por los dos. Después Dios les perdonó, y el Islam no conoce la enseñanza de la herencia de este pecado como se ve en la lectura de las otras religiones.
En el Corán, cuyos textos son del séptimo siglo, se definen de manera clara todos los derechos de la mujer como ser humano entero, independiente y libre. Desde el punto de vista de los derechos humanos, el Corán demostró que la mujer y el hombre son iguales, creados de la misma esencia, y no como se creyó en un tiempo de la historia de la humanidad cuando algunos teólogos se preguntaban si ella tenía alma (Concilio de Macon en el año 581).
La mujer en el Corán tiene derechos civiles: libertad de culto, derecho a elegir a su futuro marido –nadie puede obligarla a casarse con alguien que ella no quiere–, derecho a divorciarse si el marido la maltrata, derecho a mantener su apellido paternal –este mismo derecho estaba dentro de las reivindicaciones de la lucha de las mujeres feministas en los años sesenta en Occidente–.
Derechos sociales: el derecho a la enseñanza –que más que un derecho es una obligación, ya el Corán insiste en que los creyentes, mujeres y hombres, deben lograr el conocimiento, el saber y la educación porque la ignorancia es un pecado, y como dice el Corán “los más sabios son los más cercanos a Dios”–, el derecho al trabajo y el derecho a participar en todas las actividades sociales. Derechos políticos: hace 1400 años que la mujer en el Islam tiene el derecho a votar, lo que en Occidente se consiguió mucho mas tarde. Por dar un ejemplo, en Francia la mujer no adquirió el derecho de voto hasta 1945. El derecho a acceder a cargos políticos o militares –muchas mujeres fueron en la época de la revelación combatientes contra los paganos y politeístas de la Meca–.
Derechos económicos: una de las leyes indiscutibles en el Islam es que la mujer tiene el derecho a una independencia económica total y absoluta. El hombre no tiene ningún derecho sobre la propiedad o el trabajo de la mujer. De acuerdo con el Islam, una mujer casada no está bajo el control del marido en lo que concierne a sus relaciones comerciales y sus ingresos. Ella es perfectamente libre e independiente en la ejecución de sus asuntos mercantiles, lo que está en contraste con la práctica usual en Europa hasta el comienzo del siglo XX.
Mujeres citadas en el Corán
El Corán relata historias de muchas mujeres en la historia de la civilización que han dejado sus huellas para la eternidad, mujeres creyentes y devotas, mujeres místicas, piadosas, mujeres madres y mujeres rebeldes contra las injusticias, todas ellas elegidas por Dios para dar ejemplo a la humanidad. Pero una sola mujer es nombrada en el Corán con su nombre propio, y es notoriamente la preferida de Dios: María, la virgen madre de Jesús. Todo un capítulo del Corán viene con su nombre y es consagrado a su hermosa historia: “La delgada palmera cargaba dátiles dulces para ella y cuando se agarraba en sus dolores de parto, su hijo recién nacido daba prueba de su pureza”. María, la silenciosa y abnegada alma, altamente honrada en el Islam, descrita en muchos versículos coránicos de una manera tan bella: “María, Dios te ha escogido, te ha purificado y te ha exaltado sobre todas las mujeres de la creación”, “Y Dios presenta otro ejemplo a los que creen, el ejemplo de María, que aceptó la verdad de las palabras de su Señor y fue de las verdaderamente devotas”, “Y recuerda a María que guardó su castidad, y luego insuflamos en ella algo de nuestro espíritu e hicimos de ella y de su hijo un signo de nuestra gracia para toda la humanidad”. Así es ella, María, en el Corán, la elegida de Dios.
También se narran en el Corán otras historias de mujeres, como la de la reina de Saba, descrita como un modelo de sabiduría, con inmenso poder político, que gobernaba a su pueblo con inteligencia y un sentido extremo de la justicia. La historia coránica relata la maravillosa leyenda del poder espiritual de la princesa inspirada por Dios y su amor por el profeta Salomón, gracias al cual encuentra ella la fe. Además, en el Corán leemos la historia de la mujer de Abraham, Agar, esa mujer que Dios dejó como emblema para uno de los rituales de la peregrinación a la Meca. Junto a su hijo Ismael estuvo corriendo siete veces en un lugar del desierto, buscando agua para su sediento hijo e invocando a Dios, hasta que una fuente de agua pura empezó a brotar, y desde ese momento hasta hoy en día se hizo inagotable y se la conoce como la fuente de “Zamzam” en la Meca. Este es el motivo por el que los peregrinos musulmanes caminan siete veces a este lugar santo y beben de esta agua pura.
Otra mujer que Dios dio como ejemplo es la creyente esposa del faraón, que salvó al pequeño Moisés. Ella es el modelo de la mujer creyente que adoptó y protegió al futuro profeta a pesar de las crueles disposiciones de su marido, y de este modo Dios le prometió el paraíso.
La madre del profeta Moisés es también descrita en el Corán como una mujer muy abnegada a quien Dios solicitó dejar a su hijo en el río y que después recuperó gracias a su clemencia.
También el Corán relata la historia de pasión y amor de una mujer con el profeta Joseph (YUSSUF), quien es descrito en la revelación como la encarnación de la belleza. Aunque su nombre no es citado en el Corán, ella es conocida en la literatura islámica como Zulaika, una mujer espiritual que pasa su vida en dura penitencia y en interminable anhelo. La historia de Zulaika y Joseph ha inspirado a muchos poetas y escritores del mundo islámico. Así lo describe un místico en el siglo IX, Yusuf Arrazi: “Mientras que Zulaika adoraba a Joseph, cada día estaba más hundida. Cuando abandonó su adoración, le devolvió Dios juventud y belleza. Cuando el amante avanza, el amado retrocede, pero cuando el amante está satisfecho sólo con el amor, entonces se acerca el amado”. En otro cuento se dice que “Zulaika fue alcanzada por una flecha. Cuando goteó la sangre en la tierra, escribió en muchas partes Yussuf, Yussuf, porque este nombre siempre lo ha repetido constantemente y fluía como sangre en sus venas”. Así se convierte esta mujer en la personificación del alma humana que, como el Corán dice, es incitada al mal, pero que con una continua lucha interior, purificada por el sufrimiento y finalmente como alma en paz, puede regresar con su Señor.
Mujeres en la tradición del profeta
No hay ninguna duda sobre el hecho de que la revelación coránica fue una verdadera revolución en el modo de vida de los árabes beduinos de Arabia y sobre todo en la nueva concepción que tenía el Corán de la mujer. Esta mujer árabe que estaba viviendo en las peores condiciones, sin derecho a respirar, ha visto cambiar su vida de una manera increíble. El profeta mismo ha sufrido mucho para cambiar la mentalidad de esos árabes tremendamente duros con las mujeres, hay miles de dichos del profeta donde se destaca su ternura, bondad y amor por ellas. Siempre decía a sus compañeros: “Las mujeres son iguales a los hombres, los mejores entre los dos son los más piadosos” o “el mejor de vosotros es quien es el mejor con su esposa”. Un día, un hombre vino a preguntar al profeta: “¿Quién tiene más derecho a ser tratado con la mejor cortesía y el mejor respeto?”, y el profeta dijo: “Tu madre”, el hombre preguntó: “¿Y quién después?”, “Tu madre”, respondió otra vez el profeta. De nuevo el hombre preguntó: “¿Y quién sigue?”, “Tu madre”. El hombre preguntó por cuarta vez: "¿Y quién después?”, "Ahora tu padre", dijo el profeta. Basta recordar el más famoso dicho del profeta: “El paraíso está en los pies de las madres”.
El segundo ejemplo es el de la biznieta del profeta (Sakina Bent Elhussein), mujer muy independiente, muy educada, inteligente, que se destacó por su lucha histórica por las libertades de las mujeres, y quien antes de casarse exigía que en su contrato de matrimonio se estipulara –entre muchas otras cosas– que no obedecería al marido y que no le permitiría casarse con otra mujer. Gracias a ella se confirmó este derecho de la mujer a notificar todas sus condiciones en el contrato de matrimonio.
Así eran las mujeres formadas en la escuela del verdadero Islam, cultas, orgullosas, fervientemente creyentes e incansables luchadoras, libres e independientes. Todo lo contrario del estereotipo de la mujer musulmana sometida, inculta y sombra de las sombras que nos muestran hoy como la referencia absoluta e irrevocable de la mujer árabe-musulmana.
Los problemas de la mujer árabe-musulmana
Ahora bien, hemos visto que nada en el Corán, ni en la tradición del profeta, ni en la historia del Islam, justifica un mínimo perjuicio a la mujer. Entonces, ¿por qué esta imagen de una mujer humillada, oprimida, tiranizada por el Islam está tan generalizada y tan sistematizada en el mundo? ¿Se trata de mitos o de realidades? Pienso sinceramente que los dos existen, hay un parte de mito y leyenda sobre la mujer árabe-musulmana que se ha difundido de manera injusta y hay una realidad amarga que existe pero que no es tan dramática como suelen mostrar los medios de comunicación y que no corresponde siempre al análisis occidental.
Y como siempre los vencidos asumen la historia escrita por los vencedores, la tragedia de la mujer árabe musulmana en algunas partes del mundo islámico es que ha perdido con la colonización cultural e ideológica sus referencias legítimas y con ello su alma.
Hay que destacar el hecho de que la manera occidental de ver algunos problemas de la mujer en el mundo árabe-musulmán ha sido siempre caricaturizada y a veces satírica… Y es que la visión occidental del Islam en general ha sido desde siempre distorsionada, siempre fue una visión donde prevalecen poder, prepotencia y ambiciones de dominación. En la época medieval los occidentales notaban que el Islam era una religión de libertinaje y ahora es una religión de integristas y fundamentalistas. Siempre el miedo, el temor al otro, ha caracterizado las relaciones entre ambas partes, alimentadas por la ignorancia se ha ordenado una reticencia y un rechazo histórico a la civilización árabe-musulmana desde las Cruzadas y la Reconquista, pasando por el imperio otomano, hasta el día de hoy. Con este tipo de visión, la de la mujer árabe-musulmana fue desde siempre la más espantosa: recordemos todas esas historias fantásticas transmitidas por esos incansables orientalistas y que siempre muestran los mismos retratos trágico-cómicos al final: harem, mujeres con velos, danza del vientre, sometidas a un emir implacable, despótico… La mujeres eran siempre encarceladas en palacios suntuosos, pasando sus vidas como esclavas, cautivas del poder árabe-musulmán.
Todos estos clichés estereotipados perduran hasta el día de hoy. Jamás un historiador occidental habla de las mujeres escritoras, místicas, jefes de estado, fundadoras de universidades, que han hecho la historia islámica. Es que no es exótico…, pero también esa es la prueba del machismo universal. No hace falta recordar que la misoginia es la cosa mejor compartida en el mundo, en todas las culturas y a través de la historia humana cuántas veces la mujer fue objeto de humillaciones, de ofensas y de ignominias. En todas las lecturas de las religiones hay un acuerdo sobre la inferioridad de la mujer, su eterna acusación de pecadora, de imagen de Satán y de bruja maléfica. Las condiciones de las mujeres en India, China, en muchos países de Latinoamérica (en Chile el 50% de las mujeres sufren de violencia conyugal), suelen ser a veces más terribles y preocupantes, pero no tienen el impacto especial que se le da a la mujer árabe-musulmana. Un ejemplo: en los Estados Unidos, cada nueve segundos una mujer es golpeada por el marido o el amigo. Las cifras de la violencia contra las mujeres en Europa, Estados Unidos o Latinoamérica son escalofriantes, ¿pero acaso se dice que esta violencia está justificada por la Biblia? ¿Por qué en el mundo árabe o musulmán es siempre la culpa de la religión y no del hombre? ¿Acaso el hombre árabe-musulmán no es de la misma estructura humana? Aunque se sabe que la misoginia es universal, las denominaciones serán siempre diferentes, porque existe el machismo latino, mediterráneo, siciliano, español, asiático, pero cuando hablamos de países árabes o musulmanes se habla de machismo islámico. Jamás hemos oído hablar del machismo de Sicilia, de Grecia, de España, como católico, pero el machismo de Marruecos, Egipto y Líbano, que son muy mediterráneos también, será eternamente islámico.
Quiero terminar insistiendo en el hecho de que la mujer árabe-musulmana no es la víctima del Islam. Ella es la víctima de multitud de factores que hacen de ella, como de todas las mujeres del mundo, la primera víctima de la sociedad. Ella es, ante todo, la víctima de los poderes del hombre machista, de la pobreza, de algunas tradiciones y costumbres regionales, de las injusticias socio-políticas, de las condiciones de vida cada día más difíciles sobre todo para ella. La mujer árabe-musulmana puede parecer diferente al occidental, con su mentalidad, su manera de vestirse, su manera de ser, de ver el mundo. Pero ella tiene el derecho a la diferencia y al respeto. La mujer árabe-musulmana tiene la legitimidad de reivindicar sus derechos según sus referencias, de conseguir la modernidad de acuerdo con su identidad, sin dejar de ser árabe o musulmana para que el mundo occidental la reconozca o la acepte. La mujer que sea árabe, musulmana, cristiana, europea o americana es, ante todo, un ser humano creado por Dios, con este sentido exclusivo del sacrificio, del amor, de la paciencia, de la bondad infinita… Y como todas las mujeres de este mundo, ella tiene las mismas aspiraciones, las mismas esperanzas, los mismos sueños de vivir en paz, de amar, de proteger a sus seres queridos y de vivir como ser humano libre y digno. Gracias.
* Texto pronunciado por la autora en una conferencia en Santiago de Chile.
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Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano. Isaac Newton
Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa.
Las grandes almas tienen voluntades; las débiles tan solo deseos.
La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?
Es más fácil variar el curso de un río que el carácter de un hombre.
Excava el pozo antes de que tengas sed.
No se puede llegar al alba sino por el sendero de la noche.
Bueno es dar cuando nos piden; pero mejor es dar sin que nos pidan, como buenos entendedores. La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces
La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía.
Castiga a los que tienen envidia haciéndoles bien.