29/4/12

Derechos humanos en la civilización Islámica (Parte 3)

Derecho a lo mínimo necesario para vivir dignamente

El derecho a lo mínimo necesario para vivir dignamente es un derecho único estipulado en la ley islámica. No fue establecido en ningún sistema político o estatutos de derechos humanos antes del Islam. Este derecho significa que todos los miembros de la sociedad, que vivan dentro de los límites del Estado Islámico, deben tener seguro lo mínimo para vivir con dignidad y que dispongan de los mínimos medios que le permitan sobrevivir, es decir, que tenga un estándar apropiado de vida.

En primera instancia el Estado está obligado a garantizar las condiciones y los medios que le permitan a toda persona poder conseguir lo que necesita para vivir dignamente. Así, el derecho a lo mínimo necesario para vivir dignamente es logrado a través del trabajo. En el caso de que una persona tenga alguna incapacidad que le impida trabajar y así mantenerse así mismo y a los que están bajo su responsabilidad, entonces se le ayuda con el Zakat; pero si aun así el Zakat no le alcanza o no es suficiente lo que se recolecta para él, entonces se le debe dar lo que corresponde del presupuesto que el Estado dispone para la protección social de sus ciudadanos. El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, expresó esto cuando dijo: “Estoy obligado a pagar las deudas de una persona que muere dejando atrás familia y niños, y cuyas propiedades no alcanzan para cubrir los gastos de sus herederos” . [Bujari y Muslim]

En segunda instancia, y por más que el Estado tenga los medios para asegurar el cubrimiento de las necesidades de sus ciudadanos, el Islam insta a los musulmanes a que estén pendientes de sus hermanos en la fe, principalmente sus familiares y vecinos, y que estén prestos a ayudarlos en los momentos en que más lo necesiten. El Enviado de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, instó a los musulmanes a cumplir con este deber cuando dijo: “Aquel que duerme con su estómago lleno sabiendo que su vecino está con hambre, no cree en mí” [Al Hakim, At-Tabarani y Al Baihaqui. Al Albani lo certificó como auténtico]. Alabando a los de la tribu de los Ash’aries, el Profeta de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Cuando los Ash’aries se quedaban sin provisiones en las campañas o se quedaban sin comida para dar a sus niños en Medina, ellos recogían todo lo que tenían en sus mantas y después compartían en igual cantidad en una vasija. Ellos son de mí y yo soy de ellos” . [Bujari y Muslim]
 
Los derechos de los civiles y prisioneros de guerra
Los derechos humanos alcanzan cúspide cuando relacionan a los derechos de los civiles y los prisioneros durante guerras. En tiempo de guerra, el espíritu de revancha y el castigo domina más que el espíritu de humanidad y compasión. Pero el Islam tiene un enfoque humano gobernado por la compasión, y por eso el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “No maten a menores, mujeres ni gente anciana” . [Muslim]
Cuando se toman prisioneros de guerra está prohibido rotundamente torturarlos, insultarlos, burlarse de ellos, de su derrota y/o de su creencia. Eso quiere decir que deben ser alimentados con el mismo tipo de comida que comen sus captores, deben ser vestidos y asistidos médicamente de necesitarlo. Además, tienen derecho a ser liberados cuando paguen su rescate; ¡ah!, y este rescate no solamente es en dinero o especia, puede ser enseñanza también, tal como lo hizo el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, con los prisioneros de Bader, a quienes les prometió que liberaría por cada diez musulmanes a los que cada uno de ellos les enseñaran a leer y escribir.


El ejemplo del trato que los musulmanes les dieron a los prisioneros de guerra es indiscutible. Esta conducta llevó a que muchos de estos prisioneros, que en un comienzo eran enemigos del Islam y los musulmanes, terminaran convenciéndose por sí mismos y sin ninguna presión o coacción de las bondades del Islam, lo que los llevó a que se hicieran musulmanes. Cuando los musulmanes salen victoriosos en batallas y conflictos (vale la pena mencionar que en el Islam está prohibido que los musulmanes inicien un conflicto o guerra, sólo pueden entrar en uno para defenderse de la agresión de los demás sin sobrepasarse y teniendo en cuenta el código de ética y moral que para ello se estableció), está prohibido firmemente que se dañe la infraestructura de los países que son dominados.

Derechos de los demás seres vivos 
El Islam no se olvida de las demás criaturas y seres vivos que comparten con nosotros esta existencia, no sólo porque de su cuidado dependa también nuestra supervivencia, sino que hace parte de su misericordia. Ejemplos de esta misericordia están en que la caza por diversión está prohibida, al igual que la destrucción de bosques, reservas y sembradíos. Así, la tala indiscriminada, la explotación de minerales que cause desastres ambientales y demás, son sancionadas por el Islam con mano dura. En el Islam cada derecho exige una responsabilidad, es el equilibrio natural que lleva a la estabilidad en la sociedad y finalmente en el mundo.
 Este ha sido un pequeño resumen que muestra que los derechos humanos son parte esencial del Islam y su civilización.

Derechos humanos en la civilización Islámica (Parte 2)


 Igualdad entre la gente
Después de honorar al hombre en general y estipular la inviolabilidad de su dignidad, propiedades y vida, el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, enfatizó el derecho de la igualdad entre todas las personas, entre individuos y grupos, entre razas, y entre gobernantes y gobernados. Así, no hay ninguna clase de excepciones por algún título o posición a la hora de ordenar o cumplir una ley; no hay diferencia en la legislación para los árabes y los no árabes, para blancos y para negros, y para los gobernadores y los gobernados. Más bien, la gente se distingue única y exclusivamente por su piedad, y ella está en su corazón y sólo Al-lah conoce lo que encierran los corazones. El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “¡Oh gente! Verdaderamente su Dios es uno, y ustedes provienen de un mismo padre. Todos ustedes son parte de la descendencia de Adán, que Al-lah Esté complacido con él, y Adán fue creado de arcilla. Verdaderamente el más noble entre ustedes ante la vista de Al-lah es aquel que es el más piadoso. No hay ninguna superioridad de un árabe sobre un no árabe excepto por la piedad” . [Ahmad]
Al mirar cómo el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, se encargó del principio de la igualdad nos damos cuenta de su grandeza e importancia. Abu Umamah, que Al-lah esté complacido con él, reportó que Abu Dhar provocó a Bilal, que Al-lah esté complacido con ambos, mencionándole con desprecio a su madre, le dijo: “Tú hijo de una negra”. Bilal fue al Profeta sallallahu ‘alaihi wa sallam, y le contó la historia. El Profeta sallallahu ‘alaihi wa sallam, se enfadó. Abu Dhar vino y no sabía que Bilal le había contado al Profeta lo que había sucedido. El Profeta sallallahu ‘alaihi wa sallam, al verlo se dio la vuelta y se apartó de Abu Dhar. Abu Dhar entonces le dijo: “¿Hay algo que te está haciendo apartar tu cara de mí y darme la espalda? El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, le dijo: “¿Te burlaste de la madre de Bilal?” Y después dijo: “¡Por Aquel que le reveló el Corán a Muhammad –o usó otra clase de juramento–, nadie es mejor que el otro excepto por sus acciones y buen obrar. Todos ustedes son iguales!” [Al Baihaqui]

Justicia en el Islam
Otro derecho, que además está vinculado al derecho de la igualdad, es el derecho a la justicia. Una de las huellas imborrables que quedaron incrustadas en los anales de la historia respecto a la impartición de justica con igualdad para todos, incluso para los nobles y dignatarios de las naciones, la encontramos en la respuesta que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, le dio a Usamah ibn Zaid cuando este quiso interceder por la mujer de la tribu Al Majzum, quien había robado: “Por Al-lah, si Fátima, la hija Muhammad, robara, yo mimo le cortaría la mano” [Bujari y Muslim]
El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, también dio el derecho de defensa propia y la posibilidad de que la persona exija lo que es suyo por derecho, dijo: “Sin duda alguna, el acreedor tiene el derecho de exigir que se le pague su deuda cuando se ha cumplido el plazo establecido” [Bujari y Muslim]. Y en este mismo orden de ideas, el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, ordenó y aconsejó a todos aquellos que tiene en sus manos el deber de hacer justicia, que no juzguen y condenen a una persona sin haberla escuchado primero (es decir, sin que antes haya tenido la oportunidad de defenderse de los cargos de los que se le acusa), dijo: “Cuando dos litigantes se sienten en frente de ti, no decidas hasta que escuches lo que uno tiene que decir de la misma manera que has escuchado lo que tenía que decir el primero; pues esto te dará una mejor visión para que así tomes la mejor decisión” . [Abu Dawud y At-Tirmidhi. Al Albani lo certificó como auténtico]